Te invito a quedarte y conocer las actividades que propongo en este espacio. Compartamos el viaje…

Todo danza, todo respira. Estemos atentos, que nuestro corazón… habla.

Mi nombre es Claudia Susana Bello. Desde muy pequeña me sentí atraída por el misterio y la magia de la vida. Vivía en el campo y se me imponía la naturaleza con su fuerza y belleza. Me intrigaba la perfección de las flores, la consistencia del agua, el sonido del viento. Miraba manchas de humedad en la pared y viajaba en ellas preguntándome de dónde veníamos. Miraba la luna y me perdía en sus formas tratando de entender cómo era que estaba ahí colgada, mirándome. Amaba la danza, pero mi vida caminó hacia la docencia escolar y luego hacia el matrimonio y la maternidad. No me arrepiento. Esas experiencias me dieron mucha información de mí misma, pero la danza quedó relegada y oculta.

Las señales en el camino me trajeron la danza del vientre como actividad sanadora para una dolencia que tenía. Gracias a eso se abrió un nuevo mundo para mí, que ni sabía que existía: la energía, lo sutil. Y a la vez fue sentir que volvía hacia el centro de mí misma.

Mis maestras en la danza fueron guías para conocer el sentido sagrado de cada movimiento. Di clases de danza y mi vida fue girar, danzar, disfrutar entre velos y polleras de colores, y el encuentro tan nutricio entre mujeres.

Empecé a hacerme nuevas preguntas y aparecían respuestas que me llevaron a virar muchas veces el recorrido. Continuaron las preguntas y aparecieron nuevas respuestas: la geometría sagrada, la meditación, las medicinas energéticas, el tarot, los registros akáshicos. Profundas y luminosas puertas que se abrían infinitamente. Y así fui conectando la danza con cada terapia o conocimiento nuevo.

Descubrí mi anhelo de querer que los seres que me rodeaban disfrutaran de estos nuevos conocimientos, que iban despertando mi consciencia, abriéndome los ojos a la verdad de que nuestro cuerpo es la expresión externa del alma, y que si nos movemos nos mostramos, nos sanamos, vivimos en plenitud.
Esto me guía: la comunicación, la docencia, la danza, dar.

Tengo mucha conexión con mi cuerpo y ha sido mi gran MAESTRO. Cada vez que no lo escuché, lo que siguió fue equivocado: en el laberinto de la vida, terminé en un camino sin salida, que me llevó más energía de la necesaria para salir de allí.Cuando seguí sus señales, cada paso me condujo al lugar en el que mi ser desplegó las alas. Desde allí es que la síntesis meditación-danza-respiración-visualización son ejes en todo lo que propongo.
¿Acaso nuestras células no son viajeras danzantes a un ritmo determinado? Respiran y están conscientes de lo que les decimos y sentimos.